IGLESIA EVANGELISTICA RIOS DE PALABRA Y VIDA

Vivo yo, dice el Señor Jehová, Que No quiero la muerte del pecador, sino-Que se vuelva de sus malos camino, y que viva. Ezequiel 33:11

UNA IGLESIA AL SERVICIO DEL SEÑOR JESUCRISTO

Evangelizar es ganar almas para el reino de Dios, cumpliendo la gran comisión de Jesús, que nos manda: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15)

FAMILIA MINISTERIAL Y PASTORAL

La familia pastoral lo constituye el Pastor. Adislao Quevedo, Ministra. Mayde Patricia de Quevedo, Ministro Rene Antonio Serrano y Ministro Ricardo Palacios Miguel, la cual estan al servicio del señor, restaurando a las almos con Dios y Predicando la Sana Dotrina que esta escrita en la BIblia

SIEMBRA LA PALABRA DE DIOS

Ayudenos a poder llevar el evangelio a las personas que estan en las calles, a los jovenes que estan en pandillas, a los enfermos en los hospitales y a los presos en las carceles, con tu ofrenda podremos llevar el evangelio en todo el pais.

OREMOS TODOS POR LA PAZ DE JERUSALEN

Orad por la paz de Jerusalén: Sean prosperados los que te aman. 7Haya paz dentro de tus muros, y prosperidad en tus palacios.… Salmos 122:6

viernes, 11 de marzo de 2016

¿Cómo puedo perdonar a aquellos que me han ofendido?


Respuesta: Todos nos hemos hecho algo indebido, ofendido y pecado contra alguien en algún punto de nuestra vida. ¿Cómo debemos responder cuando ocurren tales ofensas? De acuerdo con la Biblia, debemos perdonar.Efesios 4:32 dice; “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” Igualmente Colosenses 3:13 declara, “…soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.” La clave en ambos pasajes de la Escritura es que debemos perdonar a otros, como Dios nos perdonó a nosotros. ¿Por qué perdonamos? ¡Porque nosotros hemos sido perdonados!

El perdón sería sencillo si sólo tuviéramos que concederlo a aquellos que lo piden con pena y arrepentimiento. La Biblia nos dice que debemos perdonar a aquellos que pecan contra nosotros, sin condiciones. El negar el sincero perdón a una persona, demuestra resentimiento, amargura y enojo – ninguna de los cuales deben ser las características de un cristiano. En el Padre Nuestro, le pedimos a Dios que “perdone nuestros pecados, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.” (Mateo 6:12). Jesús dijo en Mateo 6:14-15, “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.” A la luz de otras Escrituras que hablan del perdón de Dios, Mateo 6:14-15 es la que mejor explica que la gente que se niega a perdonar a otros, realmente no han experimentado el perdón de Dios en ellos mismos.

Siempre que fallamos, al desobedecer uno de los mandamientos de Dios, pecamos contra Él. Siempre que hacemos daño a otra persona, no sólo pecamos contra ella, sino también contra Dios. Cuando vemos la enorme misericordia de Dios al perdonarnos TODAS nuestras transgresiones, nos damos cuenta de que no tenemos derecho a retener esta gracia para con otros. Hemos pecado infinitamente más contra Dios que lo que cualquier persona pueda pecar contra nosotros. Si Dios nos perdona tanto, ¿cómo podemos rehusar perdonar a otros tan poco? La parábola de Jesús en Mateo 18:23-35 es una poderosa ilustración de esta verdad. Dios promete que cuando venimos a Él, pidiéndole perdón, Él nos lo concede gratuitamente (1 Juan 1:9). El perdón que otorguemos no debe tener límites, de la misma manera que el perdón de Dios es ilimitado (Lucas 17:3-4).



lunes, 15 de febrero de 2016

LOS DONES SON IRREVOCABLES?



Romanos 11:29 Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.
En la iglesia donde crecí se me enseño que los dones de Dios y el llamado eran para siempre, que una vez que Dios nos escogiera siempre lo tendríamos para respaldarnos, se basaban en Romanos11:29 pero si estudiamos a fondo este texto en su contexto no se refiere a esto, ese es nuestro problema, sacamos el texto de su contexto, tenemos que leer la Biblia bien para poder entenderla, te recomiendo que oigas los audios del pastor Chuy Olivares de hermenéutica te van a ayudar mucho.

Volviendo a este tema, a que se refiere entonces el Apóstol Pablo de que son irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios? Veamos solo un texto atrás y uno adelante y nos daremos cuenta de que habla.

Versión Reina Valera 60 
Romanos 11:28 Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres.
Romanos 11:29 Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.
Romanos 11:30 Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos


Versión Dios Habla Hoy
Romanos 11:28 En cuanto al evangelio, los judíos son tenidos por enemigos de Dios a fin de darles oportunidad a ustedes; pero Dios todavía los ama a ellos, porque escogió a sus antepasados.
Romanos 11:29 Pues lo que Dios da, no lo quita, ni retira tampoco su llamamiento.
Romanos 11:30 En tiempos pasados, ustedes desobedecieron a Dios, pero ahora que los judíos han desobedecido, Dios tiene compasión de ustedes.

Pablo esta hablando acerca de los JUDIOS y a ellos se refiere, Dios no se arrepiente de haberlos tomado como pueblo y el don y llamado de Dios para arrepentimiento sigue estando ahí por amor a ellos y a Abraham y a todas sus promesasDios ama a su pueblo Judío!!!

Y PARA MUESTRA UN BOTON BASTA
Recuerden lo que le paso con SAUL, Dios lo DESECHO por no haber permanecido fiel a el, recordemos lo que Samuel le dijo.

1Samuel 2:30 Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.
No es que Dios se equivoque al llamarnos, somos nosotros los que cambiamos no Dios, al cambiar nosotros muchas veces los planes de Dios buscan a los fieles para que se cumplan.

Saúl desobedeció a Dios, no hizo lo que le pidió, escogió lo mejor de lo peor, para ofrecérselo Dios.

Esto me recuerda a los cristianos que andan en yugo desigual y se justifican diciendo no es tan malo, es mejor que los o las de la iglesia, no se justifiquen y no escojan lo mejor de lo peor.

Muchos fueron desechados al rechazar la vida y el compromiso con Dios, yo tengo amigos que han botado el ministerio, el llamado que Dios les ha hecho y los veo tan vacíos y con problemas y algunos otros han prosperado económicamente pero espiritualmente están mal.

Saúl dejo de ver la voluntad de Dios por seguir la suya, si tu dejas a Dios no esperes que Dios te respalde en todo lo que hagas, ni te confíes en una palabra profética que te hayan dado, si dejas a Dios, posiblemente ya no tendrás la oportunidad nuevamente de servirle.

Yo eh experimentado en mi vida como muchos dones que tenia y que fluía en ellos se han apagado, porque? Por ser infiel. 

Concluyo diciendo que Dios llama a los fieles y a los infieles que no se arrepienten los puede desechar, el es Dios!!

No nos confiemos, no somos indispensables, Dios se puede valer de otros para hacer su voluntad, el pecado te retiene a una vida ministerial vacía y mediocre.

jueves, 21 de enero de 2016

EL ALTAR ¿QUÈ LUGAR OCUPA EN EL CULTO?



¿CONSIDERA usted el altar un elemento fundamental en su culto? Para muchos fieles que asisten a las iglesias de la cristiandad, el altar tal vez ocupe el lugar más importante. Ahora bien, ¿ha examinado alguna vez lo que revela la Biblia sobre el uso de los altares en el culto?
El primer altar mencionado en las Escrituras fue el que erigió Noé para ofrecer sacrificios de animales cuando salió del arca que lo había preservado con vida durante el Diluvio (Génesis 8:20).*
Tras la confusión de los idiomas en Babel, los seres humanos se esparcieron por toda la superficie de la Tierra (Génesis 11:1-9). Su tendencia innata a adorar los impulsó a acercarse a Dios, a quien conocían cada vez menos y a quien “buscaban a tientas” (Hechos 17:27; Romanos 2:14, 15). Desde los días de Noé, numerosos pueblos, con diferentes culturas y religiones, han construido altares para sus dioses y los han utilizado en la adoración falsa. Como estaban alejados del Dios verdadero, algunos los emplearon en horrendos rituales que incluían sacrificios de hombres, mujeres e incluso niños. Algunos reyes de Israel abandonaron a Jehová y erigieron altares a Baal y otros dioses paganos (1 Reyes 16:29-32). Ahora bien, ¿qué puede decirse del uso de los altares en la adoración verdadera?
Los altares y la adoración verdadera en Israel
Después de los días de Noé, hubo hombres fieles que levantaron altares para adorar al Dios verdadero, Jehová. Abrahán construyó altares en Siquem (cerca de Betel), Hebrón y el monte Moria, donde sacrificó, en lugar de Isaac, el carnero que Dios le dio. Y posteriormente, Isaac, Jacob y Moisés se sintieron impulsados a usar altares en su adoración a Dios (Génesis 12:6-8; 13:3, 18; 22:9-13; 26:23-25; 33:18-20; 35:1, 3, 7; Éxodo 17:15, 16; 24:4-8).
Cuando Dios entregó su Ley a Israel, les encargó la construcción del tabernáculo, una tienda portátil llamada también “la tienda de reunión”, que constituía la figura central en el acercamiento de la nación a Dios (Éxodo 39:32, 40). El tabernáculo, o tienda, contaba con dos altares. El de las ofrendas quemadas, de madera de acacia y revestido de cobre, estaba situado delante de la entrada, y en él se sacrificaban animales (Éxodo 27:1-8; 39:39;40:6, 29). El altar del incienso, también de madera de acacia pero revestido de oro, se hallaba dentro del tabernáculo, delante de la cortina del Santísimo (Éxodo 30:1-6; 39:38;40:5, 26, 27). En él se quemaba un incienso especial dos veces al día, por la mañana y por la tarde (Éxodo 30:7-9). Al igual que el tabernáculo, el templo que construyó el rey Salomón también contaba con dos altares.
“La tienda verdadera” y el altar simbólico
Con la Ley, Jehová proporcionó a Israel mucho más que un conjunto de normas que regulaban la vida de su pueblo y la forma de acercarse a él mediante la oración y el sacrificio. Una gran parte de su contenido constituía, en palabras del apóstol Pablo, “una representación típica”, “una ilustración” o una “sombra de las cosas celestiales” (Hebreos 8:3-5; 9:9; 10:1; Colosenses 2:17). Dicho de otro modo, numerosos aspectos de la Ley no solo guiaron a los israelitas hasta la venida del Cristo, sino que también suministraron una vislumbre de los propósitos divinos que se cumplirían mediante Jesucristo (Gálatas 3:24). En efecto, ciertos aspectos de la Ley tenían valor profético. Por ejemplo, el cordero pascual, cuya sangre simbolizó salvación para los israelitas, prefiguró a Jesucristo. Él es “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, aquel que derramó su sangre para liberarnos del pecado (Juan 1:29; Efesios 1:7).
Muchos elementos relacionados con el servicio del tabernáculo y del templo representaron realidades espirituales (Hebreos 8:5; 9:23). De hecho, Pablo escribió sobre “la tienda verdadera, que Jehová levantó, y no el hombre”, y añadió: “Cristo vino como sumo sacerdote de las cosas buenas que han llegado a realizarse, mediante la tienda más grande y más perfecta no hecha de manos, es decir, no de esta creación” (Hebreos 8:2; 9:11). “La tienda más grande y más perfecta” era el gran templo espiritual de Jehová, que, en el lenguaje de las Escrituras, representa el medio por el cual los seres humanos pueden acercarse a Jehová basándose en el sacrificio propiciatorio de Jesucristo (Hebreos 9:2-10,23-28).
Cuando aprendemos en la Palabra de Dios que algunas de las estipulaciones y normas de la Ley prefiguran realidades espirituales de mayor alcance e importancia, no hay duda de que se fortalece nuestra fe en la inspiración de la Biblia. Asimismo se profundiza nuestro aprecio por la sabiduría divina que se manifiesta de forma singular en las Escrituras (Romanos 11:33; 2 Timoteo 3:16).
El altar de la ofrenda quemada también tiene un valor profético. Todo parece indicar que representa la “voluntad”, o buena disposición, de Dios de aceptar el sacrificio humano perfecto de Jesús (Hebreos 10:1-10).
El apóstol Pablo hace este interesante comentario más adelante en la carta a los Hebreos: “Tenemos un altar del cual no tienen autoridad para comer los que efectúan servicio sagrado en la tienda” (Hebreos 13:10). ¿A qué altar se refería?
Numerosos comentaristas católicos consideran que el altar de Hebreos 13:10 correspondeal que se utiliza en la eucaristía, “sacramento” en el que, según se afirma, se repite el sacrificio de Cristo durante la misa. Pero el contexto indica que Pablo alude a un altar simbólico. Varias autoridades en la materia atribuyen un sentido figurado al término altar en este versículo. El jesuita Giuseppe Bonsirven señala que tal interpretación “está en perfecta armonía con el simbolismo de la epístola [a los Hebreos]”, y agrega: “En el vocabulario cristiano, al vocablo ‘altar’ se le asigna al principio una connotación espiritual, y es solo tras Ireneo, y en especial después de Tertuliano y san Cipriano, que se lo vincula a la eucaristía y en concreto a la mesa eucarística”.
Según cierta revista católica, el uso del altar se extendió en los “días de Constantino” con la “construcción de basílicas”. La Rivista di Archeologia Cristiana indica: “Lo cierto es que durante los dos primeros siglos no podemos hablar de lugares de culto fijos, sino de reuniones litúrgicas en hogares particulares [...], cuyas habitaciones, al concluir la ceremonia, recuperaban inmediatamente su función original”.
La cristiandad y el altar
El altar es, según la revista La Civiltà Cattolica, “el punto central no solo del edificio religioso, sino también de la Iglesia viva”. Sin embargo, Jesucristo no instituyó ninguna ceremonia religiosa ante un altar ni encomendó tales celebraciones a sus discípulos. En la mención del altar en Mateo 5:23, 24 y en otros versículos, Jesús alude a las prácticas religiosas que predominaban entre los judíos; no estaba indicando que sus seguidores tuvieran que utilizar un altar para rendir culto a Dios.
El historiador estadounidense George Foot Moore (1851-1931) escribió: “Las principales características del culto cristiano no variaban, pero con el tiempo los sencillos ritos descritos por Justino a mediados del siglo segundo adoptaron un carácter imponente”. Los ritos católicos y las ceremonias religiosas públicas son tan numerosos y complejos que en los seminarios católicos constituyen una asignatura: la liturgia. Moore añadió: “Esta tendencia, inherente a todo ritual, se vio favorecida enormemente por la influencia del Antiguo Testamento cuando al clero cristiano se le consideró el sucesor del sacerdocio del anterior régimen religioso. Las espléndidas vestiduras del sumo sacerdote, la ropa ceremonial de los sacerdotes, las procesiones solemnes, los coros de levitas que entonaban salmos y las nubes de incienso que brotaban de oscilantes incensarios parecían un modelo divino de culto religioso que justificaba el esfuerzo de la Iglesia por competir con la pompa de los cultos antiguos”.
Tal vez le sorprenda saber que numerosos ritos, ceremonias, ropajes y otros elementos utilizados en el culto de muchas iglesias no siguen las enseñanzas de los Evangelios, sino las costumbres y los ritos de judíos y paganos. La Enciclopedia Cattolica señala que el catolicismo “ha heredado el uso del altar del judaísmo y, en parte, del paganismo”. Minucio Félix, apologista del siglo III de la era común, escribió que los cristianos ‘no tenían ni templos ni altares’. De forma similar, el diccionario enciclopédico Religioni e Miti afirma: “Para diferenciarse del culto judío y pagano, los primeros cristianos se negaron a utilizar el altar”.
Como el cristianismo se basa sobre todo en la aceptación de principios y en su aplicación en la vida cotidiana de toda persona, ya no hacía falta una ciudad santa ni un templo con altares ni sacerdotes de distintivas vestiduras. “La hora viene —dijo Jesús— cuando ni en esta montaña ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre [...;] los verdaderos adoradores adorarán al Padre con espíritu y con verdad.” (Juan 4:21, 23.) La complejidad de los ritos y el hecho de que haya iglesias que utilicen el altar son indicativos de que se está pasando por alto lo que enseñó Jesús sobre la forma apropiada de rendir culto a Dios.

domingo, 17 de enero de 2016

PODEROSA CAMPAÑA DE RESTAURACION



Te invitamos este sábado 23 de enero
A una poderosa campaña de Restauración, para que juntos nos unamos en clamor por los jóvenes que andan fuera de los caminos de jehova, ya no es tiempo de seguir de tibios, ya no es tiempo de andar fingiendo hacer cristiano, levántate Cristo quiere una iglesia con propósito, una iglesia de valor.


PASTOR INVITADO:. Jose De La Paz Palacios
VEN CON TODA TU FAMILIA Y AMIGOS
Iglesia Evangelistica Ríos de Palabra y Vida

HORA :. 3:00PM

Lugar:. Reparto Las Cañas San bartolo, Frente a Cancha de Basquetboll


sábado, 16 de enero de 2016

DIOS NO QUIERE LA MUERTE DEL PECADOR!



EZEQUIEL 33:11

¿Quieres conocer el corazón de Dios? La lección de hoy está basada en Ezequiel 18:32: Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis”. ¡Así piensa Él! Muchos piensan que a Dios no le importan los problemas que estamos atravesando, que está muy ocupado o enojado, pero para conocerle, no hay que creer en lo que uno siente, sino en su palabra.
Este es uno de los versículos que nos muestra que Dios no quiere la muerte del que muere. Cuánta gente está ofendida con Dios porque se llevó un hijo, el marido… ¿estás tú ofendido por algo similar? ¡Señor, no te lleves a mi mamá! ¡No te lleves a mi abuela! Pero se fueron nomás y entonces le hacen la cruz a Dios, diciendo: “¡Ahora no creo más en Dios!” ¡Como si lo fueran a estorbar! “¡Me hice ateo!” dicen algunos. ¡En realidad no se hicieron ateos sino que están embroncados con Dios porque Él no hizo lo que ellos querían! Sin embargo la Biblianos enseña como es el corazón de Dios: “…no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis”.

DIOS NO QUIERE TU DERROTA


No es el deseo de Dios que una persona muera joven, dentro de un ciclo de vialidad, Él quiere que cada persona cumpla el propósito por el cual lo trajo al mundo. Dios no quiere la muerte de los niños, por ejemplo, no quiere el aborto, ¡Dios está interesado en que venga gente a la tierra! “Fructificad y multiplicaos…” dijo Dios a Adán (Génesis 1:27). ¡El no quiere la muerte de los niños ni la muerte por enfermedad de las personas! ¡Convéncete de que Dios no quiere tu muerte! ¡Convéncete de que Dios no quiere la muerte de tu ser querido! ¡Sácate de encima todo enojo con Dios, todo resentimiento y toda amargura! ¡Pídele perdón por ser tan tonto y arrepiéntete! Dile al Señor: “Necesito que seas mi amigo, ¡te necesito Dios!”
He visto que las personas que se enojan con Dios no quedan mejor sino peor, entran en un sequedal, entran en depresiones, en soledad y en amargura y no pueden salir. ¡Resulta que se han enojado con el que más puede hacer, con el que más les ama y les puede bendecir! Si dejaras hablar a Dios, te diría “mira que yo no soy el culpable de que tu madre o tu esposo se hayan muerto”. ¡Hay muchos factores que intervienen! Lo que el hombre no entiende es que Dios lo ha designado administrador del planeta tierra y los males que hay en la tierra no los trae Dios, ¡sino el mismo hombre! Me dijo una doctora de la congregación que el depositario natural del virus VIH son unos monos que se encuentran en África a quienes el virus no les hace nada; parece ser que seres humanos tuvieron relaciones con esos monos y se contaminaron con el VIH. ¿Crees que Dios quiere la muerte del que muere? El estableció que nadie puede tener relaciones sexuales con animales. ¡Maldito será! ¿Por qué Dios no quiere que tengas relaciones con animales? ¡Porque no quiere la muerte del que muere! ¿Por qué Dios no quiere que te alcoholices y que fumes? ¡Porque no quiere que mueras!
Recientemente vi una ambulancia, en la que iba un médico o enfermero fumando; y yo pensé: “¡Pero será posible que todavía no superamos el tema del cigarrillo cuando ya sabemos que trae toda clase de males!” ¡Cómo me voy a enojar con Dios porque Él me quitó a mi padre! Convéncete que los males no los ha traído Dios a la tierra sino el propio hombre. Si Dios no quiere la muerte, tampoco quiere la enfermedad; si tú estás en contra de la enfermedad tienes que saber que Dios también está en su contra. Hay algunos que luchan con la enfermedad pero le vienen pensamientos: “¿Será que Dios me quiere castigar? ¿Será que Dios está enojado conmigo?” ¡Pero hoy te digo que Dios no quiere la muerte del que muere! ¡Creo en la palabra de Dios! Cuando hay una enfermedad se entabla una lucha espiritual; satanás va a trabajar para que la persona entregue la fe. Quizás te hayas enfermado y comienzas a orar pero alguna vocecita ahí adentro te dice: “¡Qué te vas a sanar! Mira, has pecado aquí y allá… ¡Dios está enojado contigo!” Entonces comienza una lucha, ¿oro o no? Posiblemente por un tiempo perseveras y oras por la victoria pero comienzas a recibir pensamientos como por ejemplo, “Dios está enojado”. Hay un muchacho de la iglesia que antes de convertirse le vino una especie de temor, sentía dolores y creía que tenía cáncer y que se iba a morir. Iba al  médico, éste lo revisaba por todos lados y le decía: “¡No te encontramos nada!” El replicaba: “¡Pero yo tengo un dolor!” Así que volvían a hacerle más análisis y finalmente le decían: “¡No tienes nada! ¡Ve al psicólogo!” ¡Pero el chico estaba convencido de que se iba a morir! Sus parientes se descuidaban, y él preparaba un bolso con su ropa e iba al hospital para que lo internen porque sentía que se iba a morir. Pero cuando llegó a Cristo, empezó a entender que el diablo lo estaba engañando y comenzó a creer que no estaba enfermo. Dice que escuchaba por ejemplo, de alguien que tenía cáncer e inmediatamente comenzaba a dolerle exactamente en el mismo lugar. ¡Tenía los mismos síntomas de la persona que escuchaba! ¡Increíble! Creo que estuvo por lo menos 2 años atormentando al médico para que le encuentre el cáncer que nunca le encontró y no lo tiene. ¡Dios lo liberó de una mentalidad descarriada y desquiciada! ¡Satanás le había introducido temores! ¿Qué temores tienes tú? Dios no quiere que tengas temores, está esperando que confíes en Él.
El temor es falta de confianza, falta de fe en Dios. A Él le agrada que tú tengas fe en Él. Hay muchas personas que pronto se desaniman; tienen una guerra contra alguna enfermedad y el diablo trata de prevalecer con pensamientos que son contrarios a la fe. Saben que a través de pensamientos satanás mete dudas e incredulidad y también saben lo qué dicela Bibliaacerca de los incrédulos. ¿Qué dicela Bibliaacerca de ellos? ¡Que se van a ir al infierno!
Hay personas que en vez de alinearse con Dios se desencantan de su palabra, empiezan a dudar, entran en oscuridad; dejan de luchar de acuerdo al pensamiento de Dios y comienzan a luchar de acuerdo al dolor que sienten, conforme al sentimiento que tienen o al pensamiento que se les atraviesa. ¡Pero para vencer hay que permanecer en la fe en la palabra de Dios!
La palabra que quiero enseñarte hoy, y quiero que se imprima en tu corazón, es que Dios no quiere la muerte del que muere. ¡Dios quiere que vivas! ¡Dios quiere que vivas y creer en esta palabra, es creer en Dios! Hay algunos que dicen: “si tú crees en Dios, todo te tiene que salir derechito, ¡te tiene que salir fácil!” Mira, a mi no me ha sido nada fácil, hay gente que me mira y dice: “¡Pero qué iglesia que tienes!” Yo tengo que ser sincero: ¡Nada me fue fácil! ¡Nada me vino sin dolor! ¡Nada me vino sin lágrimas, sin cansancio, sin luchas! ¿Qué le dijo Dios a Josué? “Mira que te mando que te esfuerces y que seas valiente”(Josué 1:9). No le dijo, “mira que te voy a poner al frente de este pueblo y mientras vayas caminando, se van a ir cayendo los muros de Jericó, y también los cananeos van a ir cayendo desmayados”.
Ganar victorias contra la enfermedad y contra las maldiciones, ganar victorias contra la opresión y contra el temor es una guerra, ¡pero Dios promete victoria! Una manera de encontrar la victoria es aferrarse a la palabra de Dios, repetirla, memorizarla y decírsela al diablo en la cara: “¡Mira diablo! ¡Esto es lo que yo creo, está aquí en la palabra de Dios! El no quiere la muerte del que muere, ¡yo no voy a morir! Diablo, no te vas a enseñorear de mí con esta enfermedad, con este problema”. Les estoy hablando de perseverar con fe en la palabra de Dios porque algunos creen que todo les tiene que salir fácil si es la voluntad de Dios. ¿Le fue fácil a Cristo? ¡Tuvo tropiezo por todos lados! Lo trataban de endemoniado, lo echaban de algunas ciudades, dicela Bibliaque fue a algunos lugares donde no pudo hacer ningún milagro allí, a causa de la incredulidad de ellos. ¡La incredulidad es una bofetada en la cara de Dios! ¡Debemos tener la mentalidad de Dios! Las victorias son para las personas que perseveran, que luchan, que no se dejan mover fácilmente por sentimientos o por pensamientos. ¡Cuando estés en crisis, tomala Biblia! ¡Pídele a Dios que te hable! ¡Subraya los versículos bíblicos que tú sabes que Dios te los ha dado, anótalos en un cuaderno y léelos dos o  tres veces por día! Léelos en la mañana temprano, repítelos cuando te acuestas y díselo al diablo: ¡Diablo, esto es lo que yo creo! ¡Tú me haces sentir que no ocurrirá el milagro, pero yo digo que sí ocurrirá porque he creído en la palabra de Dios!


PERSEVERA EN LA FE EN LA PALABRA


Un hombre admirable, Tomas A. Edison, más de dos mil veces experimentó con el deseo de encerrar un alambre incandescente para poder mantener una luz encendida; hizo más de dos mil experimentos y perdió mucho dinero…¡probó toda clase de materiales! ¡Probó todas las maneras! Comenzó a observar los rayos y dijo: “¡Si yo pudiera usar esa energía! Él veía  cuando caía un rayo, que rompía un árbol o mataba algunos animales en el campo, y pensaba: “¡Qué energía, que poder! ¡Si pudiéramos manejar esa energía!” Comenzó entonces, a hacer experimentos y experimentos sin éxito. Le decían: “¿No te has cansado? ¿No te has dado cuenta que has  gastado todo tu dinero y aún no ha funcionado? ¡Ya has hecho dos mil experimentos y eso no funciona!” Pero él contestaba: “Solamente he descubierto dos mil formas de no hacerlo” ¡Y tú quieres aflojar a la tercera derrota! “¡Dios dame, dame, dame!” A la tercera vez, dices: “¡Me enojé contigo! ¡No te doy los diezmos ni las ofrendas y me declaro ateo!”
¡Perseverancia en la fe! Presta atención: ¡Perseverancia en la fe en la palabra de Dios! No es fe en cualquier cosa sino fe en la palabra de Dios. Algunos dicen: “Yo estoy en maldición porque he desobedecido y no he creído, así que me voy a morir” ¡Eso no te enseña Dios! Lo que sí te enseña, es que si te arrepientes de no creer, de no obedecer, él tiene misericordia para restaurarte, para sanarte, para aliviarte, para fortalecerte, para prosperarte y bendecir tu familia y tu país. ¿No te dan ganas de creer?
Hebreos 3:12 dice: Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo. Hay creyentes que me dicen: “Pastor, ¡pero yo no puedo creer!” Si tú no puedes creer, te estas apartando de Dios, mira lo que dice la palabra de Dios: “…que no haya entre vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse de Dios”. Si dices “yo no se si Dios me quiere sanar”, ¡tienes un corazón malo de incredulidad! O quizás no conoces la palabra de Dios y la falta de conocimiento te lleva a la incredulidad porque la fe viene por el oír y el oír de la palabra de Dios. Hay algunos que me dicen: “Pastor, yo quiero tener fe, ¿pero cómo hago para tener fe?” Primero, tienes que conocer la palabra de Dios porque la fe viene por el oír de la palabra de Dios. Yo oí de la palabra de Dios que por sus llagas fuimos nosotros sanados. El primer problema es no conocer la palabra de Dios, el segundo problema es conocer la palabra de Dios y no creerla. Conocí muchos cristianos a quienes les he dado una palabra y me contestan: “¿Será para mí?” ¡La palabra de Dios es para el mundo! ¿Eres parte del mundo?
La incredulidad viene por desconocer la palabra de Dios o conocerla y no ejercer fe. ¡Puedes conocer la palabra de Dios y no estar creyéndola! ¡Eso es incredulidad y es corazón malo delante de Dios! ¡Debes saber que la incredulidad es pecado! No sólo es pecado mentir, robar, adulterar, estafar, también es pecado la incredulidad. ¿Qué podrás recibir de Dios si tienes incredulidad? Dudar y no creer es volverse en contra de Dios, ¡no podrás recibir nada de Dios, con incredulidad y con duda!
Dice la Bibliaen Mateo 13:58: Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos”. Te diré dónde es que Dios no quiere hacer nada: ¡Donde hay incredulidad! He conocido personas en el lecho de muerte que no han querido confesar algunas cosas y se han ido sin confesarlas y he tenido certeza de que si lo hubieran confesado, ¡Dios les sanaría! Pero se endurecieron aún en su lecho de muerte, y Dios dice “yo no quiero la muerte del que muere”. ¡Dios quiere que creas en milagros! ¡El quiere convertirte en un obrador de milagros! El Dr. Morris Cerrullo llama a los creyentes, “productores de pruebas”. ¿Quiénes son los productores de pruebas? ¡Aquellos que dan evidencias!
No solamente Dios quiere tu sanidad, sino que también tú sanes enfermos en su nombre. El anhela que hagas su obra, ¡no te detengas! ¡Dios está necesitando testigos! Vosotros mismos me sois testigosdice Jesús en Juan 3:28. Los que creen en la palabra de Dios son sus testigos. ¡Que Dios te toque en esta hora!
Hoy filmamos un programa de televisión con una chica que tiene bastones a causa de una parálisis cerebral que tiene de nacimiento. Le cuesta muchísimo caminar; ella le ha pedido a Dios que le sane y El le dijo: “¿Tú quieres sanidad? ¡Siembra sanidad en otros!” ¡Así que comenzó a orar por los enfermos! Le pregunté: “¿Te sientes una mujer desgraciada?” Me contesta: “¡No! ¡De ninguna manera! Me he propuesto vivir sola; no quiero que nadie me barra ni me limpie, no quiero que nadie haga mis tareas. ¡Tengo a Cristo! ¡Dios me va a sanar! Me ha dicho que si yo siembro sanidad en otros, ¡el me va a sanar!” ¿Sabes lo que hace? ¡Va a los hospitales, ora por los enfermos y se sanan! El diablo la acusó diciendo: “¡Como vas a orar por los enfermos! Te van a mirar y te van a decir, ¡médico cúrate a ti mismo!” ¡El diablo le dijo un versículo bíblico, “médico cúrate a ti mismo”! Y el Señor le recordó: “¡No te hagas problema, eso me lo dijeron a mí!” Esta mujer está creyendo en la palabra de Dios, y ora por los enfermos. ¡Que extraordinario! ¡Qué hermoso que es Dios! ¡Que Dios te unja en esta hora!

CONCLUSIÓN

¿Crees que no vas a sanarte? ¿Crees que tu situación permanecerá igual, como hasta ahora? ¡Hoy es necesario que te vuelvas a Dios y tu fe sea renovada en su palabra! El no quiere tu maldición ni tu muerte, ¡el quiere tu bendición! ¡Dios anhela sanarte, libertarte! ¡Dios anhela tu prosperidad! Dios hoy te dice:Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jeremías 29:11). ¡El no desea tu muerte! Si esta palabra ha llegado a tu corazón, es necesario que hagas una oración ahora mismo:
“Padre querido, te pido perdón porque he dudado de ti, no he confiado plenamente en ti y en tu palabra. Creo Señor, que tú no quieres mi muerte, sino que tienes lo mejor para mí y para mi familia. ¡Creo tu palabra! ¡Arranca de mi vida la incredulidad y pon tu fe! Echo fuera la duda y el escepticismo, ¡en el nombre de Jesús! Creo hoy, que harás milagros en mi vida, creo Señor, que recibiré sanidad, que toda mi familia será salva. ¡Creo Señor, que tu propósito se cumplirá en mi vida! Aunque el diablo venga contra mí, ¡resistiré y llegaré a la victoria! ¡Creo en ti Señor! ¡Declaro que tu palabra se hará realidad en mí! ¡Exalta tu poder en mi vida! En el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.


¿QUE SIGNIFICA ADORAR "en espiritu y en verdad"?





Si eres Cristiano/a, sin duda has escuchado la frase “hay que adorar a Dios en espíritu y en verdad.” Suena bonito y es una excelente exhortación – ¡hasta que nos damos cuenta que, por lo general, nadie lo explica! Nos dicen que debemos adorar a Dios en espíritu y verdad, pero no nos dicen qué significa ni cómo hacerlo.
¿Qué es adorar en espíritu y verdad? ¿Cómo adoro a Dios en espíritu y verdad?
____

¿De dónde sale la idea de adorar en espíritu y verdad?

Esta idea de que adoremos a Dios en “espíritu y verdad” sale de la conversación que Jesús tuvo con una mujer samaritana en Juan 4:6-30. En esta conversación, la mujer discutía los lugares de adoración con Jesús; ella preguntó por qué los judíos querían que se adorase a Dios en Jerusalén, pero los samaritanos decían en el Monte Gerizim (v. 19-20).
Jesús entonces revela algo muy importante:
Pero se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado— cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera. Pues Dios es Espíritu, por eso todos los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. (Juan 4:23-24)
____

En Contexto: ¿A qué se refería Jesús?

La lección que Jesús le trajo a la mujer samaritana fue sencilla: la adoración a Dios no se debe limitar a una localización geográfica o necesariamente regulada por las provisiones temporeras de las leyes del antiguo testamento. Al llegar Jesús, la separación entre judío y gentil no era relevante – ni tampoco lo central del templo de adoración. Cristo consiguió acceso equitativo para todos a través de Él.
Por lo cual, la adoración se convirtió en un asunto del corazón (no acciones externas), dirigido por la verdad, no la ceremonia.
____

¿Qué es nuestro “espíritu”?

En un importante artículo anterior, se menciona algo que dice en Deuteronomio 6:4, que Jesús repite en Mateo 22:37-38. Todos lo conocemos:
—“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”Este es el primer mandamiento y el más importante.
Para poder adorar a Dios en espíritu y verdad necesariamente incluye amarlo con todo nuestro corazón, toda nuestra alma y toda nuestra mente.
¿Por qué?
Porque nuestro espíritu es todo lo que somos: nuestro corazón, nuestra alma y nuestra mente.
Esa parte inmaterial de nosotros que cubre nuestras emociones, nuesto carácter y nuestros pensamientos (en el artículo anteriormente enlazado hay una descripición un poco más a fondo sobre qué es nuestro corazón, qué es nuestra alma y qué es nuestra mente). Por lo tanto, una adoración como Jesús la describió requiere una sintonía y armonización de todo lo que somos dirigido a un solo propósito: agradarlo a Él con todos los aspectos de quiénes somos.
_____

¿Qué es “en verdad”?

El hecho de que nuestra adoración también debe ser “en verdad” significa que nuestra adoración está correctamente informada. Es decir, a menos que tengamos un conocimiento sobre el Dios que adoramos (Sus atributos, Sus obras y Sus promesas), no se puede adorar “en verdad.”
Una adoración a Dios “en verdad” es diferente a “de verdad” o “de veras.” La sinceridad de nuestra adoración no tiene que ver con Dios ni Sus atributos. Cuando adoramos en verdad, nos colocamos en el centro de la realidad sobre quién es Él, el conocimiento de lo que ha hecho y la confianza de lo que ha dicho.
_____

Adorando “en espíritu y verdad”

Tanto nuestro espíritu como la verdad y realidad de quién es Dios deben estar presentes para que nuestra adoración honre a Dios.
El espíritu sin la verdad conduce a una experiencia llana, sobre-emocional y eufórica. Una vez cese la emoción – cuando se va el momento – también nuestra adoración. Por otro lado, La verdad sin espíritu nos puede llevar a cierto tipo de legalismo, sin gozo y sin pasión.
La combinación de ambos aspectos de la adoración nos lleva a una apreciación gozosa de Dios, a la luz de las Escrituras. Mientras más conocemos sobre Dios, más aspectos de Su grandeza podemos adorar. Mientras más conocemos, más profunda será nuestra adoración. Mientras más profunda nuestra adoración, Dios es más glorificado.
Es la verdad, y sólo la verdad, lo que puede influir de forma apropiada sobre nuestras emociones de tal manera que honren a Dios. La verdad de Dios, siendo de infinito valor, merece infinita pasión. El hecho de que la adoración sea algo tan íntegro y abarcador de nuestro ser, no se limita – como bien dijo Jesús – a un lugar, sino que adoramos a Dios con cómo vivimos. Por lo tanto, aunque nuestra expresión de adoración puede variar (puede ser más pasiva o expresiva), lo que importa es a quién adoras y que lo adores “en espíritu y verdad.”

lunes, 11 de enero de 2016

¿Qué significa ser un siervo de Dios?

Extracto de un estudio en Romanos 12 por Pablo Santomauro
A través de las Escrituras vemos que los autores del Nuevo Testamento usan frases para referirse a ellos como “siervo de Dios”, “siervo del Señor”  y “siervo de Jesucristo” alternativamente.
Pablo, por ejemplo, se llama a sí mismo “siervo de Jesucristo” en Romanos 1:1 y “siervo de Dios” en Tito 1:1. Santiago hace lo mismo en la apertura de su carta a los judíos, presentándose como siervo de Dios y del Señor Jesucristo. Lo mismo hacen Pedro y Judas en las primeras líneas de sus epístolas.
No sólo los apóstoles son llamados a ser siervos de Dios y de Jesucristo, todos los cristianos somos llamados a ser siervos de Dios. En Romanos 6:22, el apóstol Pablo nos dice que los cristianos hemos sido liberados del pecado y hechos siervos de Dios. El apóstol Pedro nos insta, en su primera epístola a que vivamos como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios (1 P. 2:16).  Ser siervo y ser libre al mismo tiempo, interesante el concepto.
definición de “siervo” :
El siervo de Dios es aquella persona que está dispuesta a:
* hacer lo que Dios pida
* cuando El lo pida
* donde El lo pida
* no importa lo que El pida
La palabra siervo significa esclavo (doulos). Describe a alguien que está sujeto a la voluntad de su Señor, y totalmente a la disposición de él.
Al usar este término para describirse, los apóstoles están expresando su absoluta devoción y sujeción a Cristo, están expresando su actitud de absoluta  obediencia hacia Cristo, algo a lo que no sólo los apóstoles fueron llamados, reitero,  sino todos los que somos de Cristo. Es esa obediencia incondicional la que nos va habilitar para ser siervos efectivos.
Esa obediencia comienza en nuestras vidas cuando renunciamos a otros “señores”, nos identificamos con Cristo, descubrimos en la Escritura cuál es su voluntad, vivimos de acuerdo a ella, y conscientemente nos alejamos de intereses que son contrarios a la voluntad de Dios, aún y cuando estos intereses (gustos, hábitos, preferencias o tendencias) hayan sido importantes para nosotros en el pasado. Escuchémos a Pablo exhortando a los romanos a vivir esa vida de obediencia que Cristo demanda de nosotros:
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional [lo que corresponde]. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12:1-2
Basados en estos versos y los que siguen del capítulo 12 de la carta a los Romanos, cuyo comentario omitimos en esta entrega, pasamos ahora a detallar ciertos principios elementales en la vida del siervo de Dios.
Principio # 1 – Un siervo de Dios se congrega
La Biblia no enseña en absoluto el concepto del cristiano separado de la iglesia. Por  el contrario, denuncia la idea como un desacato a la voluntad de Dios. Hebreos 10:25 dice que no debemos dejar de congregarnos como algunos tienen por costumbre.
El verdadero creyente sabe que hay mandamientos en  la Escritura que no pueden ser obedecidos a menos que formemos parte de una iglesia. Por ejemplo, en Juan 13:35 Jesús dice: “En esto conocerán que son mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. ¿Cómo podremos mostrar a la gente que somos discípulos de Cristo, o cómo podremos amarnos los unos a los otros, si no nos reunimos con los discípulos? Por lo tanto, al no congregarnos estamos desobedeciendo a Dios.
El apóstol Pablo nos da mandamiento en Gálatas 6:10 para que “hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”. ¿Cómo podremos hacer bien a la familia de la fe, si nos nos reunimos con ella? No hay forma de escaparse  a este razonamiento.
La analogía con el cuerpo humano usada por Pablo En Romanos 12 ilustrar este punto en forma maestral. Somos llamados a estar unidos formando un cuerpo, porque Cristo ha fundado una sociedad (una asociación) y establecido una unión entre sus discípulos, lo mismo que sucede entre los miembros de un cuerpo humano.
Principio # 2 –  Ser siervo de Dios no es una opción, es un llamamiento
Para el cristiano no se trata de si debe servir o no. Desde que el ministerio es un llamamiento de Dios, es decir, son irrevocable, (no se cancelan) (Ro.11:29), es bueno saber que Dios no toma  a la ligera la desobediencia a su llamado.
El siervo no es un observador distante, alguien marginal o desinteresado. Hay iglesias llenas los domingos con este tipo de cristianos. En el capítulo 4 del evangelio de Mateo encontramos dos instancias que ilustran la actitud del siervo.  Cuando Jesús dice a Pedro y Andrés “Venid en pos de mí, y os haré  pescadores de hombres, ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. Cuando Jesús llama a Juan y Jacobo, la Escritura registra que “ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron”. La inferencia es que cuando él habla , nosotros obedecemos; él llama, nosotros damos el paso adelante. ¿Estamos haciendo ésto en nuestras vidas hoy? Quizá muchos de nosotros tengamos que saltear líneas cuando cantamos alabanzas con estrofas como “He decidido seguir a Cristo”.
La obediencia de Abraham es también un buen ejemplo. Dios llama a Abram y le dice “vete de tu tierra, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré …Y haré de tí una nación muy grande, y engrandeceré tu nombre, Y SERAS BENDICION”. (Abraham obedece incondicionalmente)
¡Qué diferencia con nosotros en el día de hoy ! ¡Qué insoportables que somos, consumidos por una preocupación, un temor, una necesidad … bendíceme, bendíceme, bendíceme … somos esponjas absorbiendo constantemente.
¿Está el Señor llamándolo así en el día de hoy? Piénselo bien.
Principio # 3 —  Cuando el Señor llama también capacita
Dios no es como el jefe que le ordena al empleado hacer un trabajo para el cual no está capacitado o no ha sido entrenado.
Dios ha dado a cada uno de nosotros dones o habilidades, algo que el cuerpo de Cristo necesita. Es Dios Espíritu Santo el que distribuye los dones: “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como el quiere” (1 Co. 12:11). ¿Con qué propósito? Respuesta: “perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Ef. 4:12),  y además para la organización en la Iglesia. Sí, ya sé, la iglesia es un organismo, pero también  es una organización (a nivel de la iglesia local). Cuando el organismo no está organizado se enferma o se muere.
Romanos 12:6 y pasaje circundante nos enseña que cada uno de nosotros debe administrar su don (o dones) de acuerdo a la gracia que nos es dada sin mezclarse en lo que concierne a otros: tampoco debemos desear hacerlo todo, sino que debemos contentarnos con lo que Dios nos ha dado y no debemos usurpar la labor de los demás. Esta es la raíz de los problemas en muchas iglesias, donde los pastores u otros líderes quieren estar en todo, sin perderse detalle, y queriendo tener la última palabra. Cuando eso sucede vamos a tener un desastre de mayores proporciones.
Entonces, recordemos que somos miembros los unos de los otros, nos pertenecemos, y cuando uno no cumple con su función o quiere cumplir con las funciones de los demás, todo el cuerpo sufre. Hoy en día el cuerpo de Cristo sufre tremendamente porque carga sobre sus  hombros un número sin precedentes de miembros que están atrofiados.
A modo de aclaración digamos que usted no tiene que saber cuál es su don para comenzar a servir a Cristo. Por si acaso alguno de nosotros tiene dificultad para identificar sus dones, es un alivio saber que no es necesario primero identificar el don o los dones. Quiere decir que no tener claridad al respecto no puede servir de excusa para no ponerse a trabajar para Cristo. Hay gente que lleva años tratando de descubrir sus dones o van a la tumba sin haberlos descubierto. ¿Por qué?  Porque nunca se han puesto a trabajar.
¡Manos a la obra! Despierte y póngase a trabajar, sobre todo teniendo en cuenta que hay tantas oportunidades en su iglesia. El Señor le mostrará sus dones, sea fiel y le dará más; sea infiel, y le quitará lo que tiene y se lo dará al siervo fiel.
Principio # 4 –  Servir  no es algo que usted hace por Dios, es algo que Dios hace a través de usted.
Este es un principio que muchos de nosotros debemos tener presente todo el tiempo, debido a que tenemos tendencia a creer que somos suficientes en nosotros mismos para la tarea. Cuando llegamos a pensar de esa manera es cuando dejamos de servir a Dios en el Espíritu porque nos desconectamos de él.
El ministerio efectivo depende de la condición de total humildad en el ministro de Dios. No hay lugar para la arrogancia en el ministerio. Por el contrario, una actitud de total dependencia de Dios es requerida para tener un ministerio exitoso, sabiendo que es Dios quien hace la obra por medio de nosotros y no nosotros por nuestra cuenta. Veamos las palabras de Pablo :
“no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios”(2 Co. 3:5)
Esta es la actitud y la perspectiva que debemos mantener. Traigamos a un antiguo amigo a la memoria. Nabuconodosor tiene un sueño pero se le olvida. Preocupado en extremo, llama a los sabios de la época, les pide que le reconstruyan el sueño y luego se lo interpreten. Nadie puede hacerlo. Nabuconodosor, que no era muy democrático, ordena la muerte de todos los sabios de Babilonia. Daniel pide tiempo al rey para poder interpretar el sueño y Dios se lo revela en visión. Ahora observemos las palabras de Daniel frente al rey:
Respondió el rey y dijo a Daniel, al cual llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación? Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey.
Daniel pudo haber respondido, “Sí, yo puedo” , pero contesta, “¡No! No puedo, PERO DIOS PUEDE”.
Enseñanza:
¿Usted piensa que puede hacerlo?¿Piensa que está capacitado para hacerlo?¿Que tiene el carisma y personalidad para hacerlo? Dios le va decir: “No te necesito, gracias”. Extraña forma de evaluar, ¿verdad?
Por otra parte, ¿Piensa que no puede? ¿Que es incompetente, insignificante, inadecuado? ¡Atención! Dios puede estar a punto de poner su mano sobre usted para colmarlo con un ministerio como nunca imaginó. ¿Por qué? Porque todo ministerio es para la Gloria de Dios, no la nuestra.
¿Busca gloria para usted? ¿Quiere ser predicador? Dios dice: “Lo siento, no estoy llamando predicadores esta semana”. ¿Quiere ser un héroe de la fe? La respuesta es “Estoy buscando obreros anónimos”. ¿Ministro de alabanza? Lo siento, necesito un encargado del equipo de sonido. ¿Quiere ser conferencista, viajar por diferentes lugares? Lo lamento, quiero que vayas de misionero al altiplano boliviano.
Conclusión: “Porque ni de oriente ni de occidente viene el enaltecimiento. Mas Dios es el juez, a éste humilla y a aquél enaltece”. (Sal. 75: 6-7).
Principio # 5 – No responder al llamado de Dios a servirlo tiene consecuencias eternas.
La verdad es que a pesar de la claridad bíblica en cuanto a lo que Dios espera de nosotros, la vasta mayoría de los cristianos no respondemos a la gracia del Señor en la medida que él espera. El hombre y la mujer promedio en la Iglesia de Cristo, sin siquiera pensarlo, sin siquiera preocuparse, sin siquiera remorderle la consciencia, es feliz gastando su tiempo, su esfuerzo y sus recursos en cualquier otra cosa, antes que en un ministerio en el cuerpo de Cristo. ¿Lo dudan? Revise su agenda, libreta de cheques, cuenta del teléfono, o lo que ha hecho la semana pasada.
Dios no va a pasar por alto tal medida de ingratitude. Habrá consecuencias en la eternidad, y van a ser desvastadoras para el cristiano, para aquella persona que después de ser salva siguió viviendo para sí y no para el Señor. 2 Corintios 5:14-15 dice “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”. Dios espera eso de nosotros. Al no hacerlo estamos desobedeciendo a Dios, y nos exponemos a la disciplina de Dios en esta vida, y a futuras pérdidas en la eternidad.
!Ya está Santomauro asustándome! Dirá usted. La Escritura en ningún lugar dice que en la eternidad todos vamos a tener el mismo estatus, por el contrario, repetidamente habla de recompensas y pérdida de recompensas, no para asustarnos sino para traer claridad a nuestro razonamiento.
Déjenme ser franco para terminar. Hay dos formas de presentarse en el cielo:
1) 2 Juan 8 dice: “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón complete”. (esto es para los que se quedan a medio camino, o simplemente no dan el 100%).  A su vez, 1 Juan 2:28 expresa: “Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados”.
2) Pedro, luego de instarnos a vivir la vida cristiana nos dice en 2 P.1:10-11: “Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firmes vuestra vocación (llamado) y elección: porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”.
El siervo de Dios es aquella persona que está dispuesta a:
* hacer lo que Dios pida
* cuando El lo pida
* donde El lo pida
* no importa lo que El pida